The Death of Stalin
La Muerte de Stalin [o The Death of Stalin, en el idioma original es una película satírica y de humor negro estrenada en el año 2017. Fue dirigida por Armando Lanucci y escrita por el mismo Lanucci, David Schneider e Ian Martin; basada en una novela gráfica francesa del mismo nombre. Está protagonizada por Steve Buscemi, Simon Rusell Beale, Rupert Friend, Paddy Considine, Jason Isaacs, Michael Palin, Andrea Riseborough y Jeffrey Tambor. La trama narra el evento histórico de la muerte de Iosif Stalin, en el año 1953, dándole un giro satírico. Con el fallecimiento del líder de la Unión Soviética, su círculo cercano de políticos y allegados hará lo imposible por sacar el mejor provecho de la situación, siempre con la mira en un solo objetivo: ocupar el lugar que Stalin ha dejado vacío. En base a esta premisa, Nikita Kruschev (Steve Buscemi), Georgi Malenkov (Jeffrey Tambor) y Lavrenti Beria (Simon Russel Beale) se verán envueltos en una serie de intrigas y graciosas situaciones que, por un lado, develan mucho de la nefasta lucha de poder que históricamente ocurrió en la Rusia soviética (que puede ser fácilmente asemejada a la crisis y corrupción de muchos otros contextos) y, al mismo tiempo, ridiculiza y humoriza los excesos de la política y la lucha por el poder.
Considero que esta película tiene varios puntos destacables. Lo mejor logrado es sin dudas el trabajo de guion. Es una comedia muy inteligente que logra narrar una sucesión de hechos históricos, pues la mayoría de intrigas y sucesos de la trama están basados en acontecimientos que efectivamente ocurrieron tras el fallecimiento de Stalin- y logra darles un sentido irónico inusitado. Digo esto considerando que temas como la corrupción, la violencia, el asesinato y la traición no suelen ser ideas que cualquier guionista se atreva a interpretar por el lado de la comedia y, en general, no suelen ser tampoco asuntos tomados "a la ligera". Considero que gran parte de la genialidad de esta película está en cómo se logra tratar estos temas, de forma muy graciosa, sin quitarles peso ni importancia, realísticamente hablando. Es gracioso y absurdo, por ejemplo, como se trata el tema de la ejecución o el arresto de enemigos políticos; los personajes asimilan estos hechos con una cotidianidad que resulta cómica: es algo de todos los días, casi sin importancia. Nunca se llega a eliminar ni rebajar el trasfondo trágico de los hechos, ello queda muy claro en el último acto de la película (que no pienso spoilear). En este sentido me remite a otra película de comedia que también recomiendo mucho: The Big Short (2015), la cual trata sobre la caída de la bolsa de valores americana del año 2008.
Ahora, enfocándonos en lo menos destacable, creo que podría señalar aspectos técnicos. El trabajo de fotografía, la edición y dirección no parecen tan bien logrados en todo momento. La forma como están filmadas algunas escenas o secuencias dan la impresión de estar viendo algo similar a un falso documental (mock-umentary) o una serie de televisión, más que una película; da la falsa impresión de ser una producción con bajo presupuesto. Debo remarcar, sin embargo, que esto no sucede durante todo el largometraje, solo en algunas secuencias y seguramente, si el lector se anima a verla, lo notará fácilmente.
La Muerte de Stalin es una película refrescante para el género de comedia: trata temas universales en cuanto a su relevancia y a qué tanto podemos entenderlos e identificarnos con ellos. Hay corrupción, violencia, luchas de poder y malos políticos en todos lados, o cuanto menos, son cuestiones que casi nadie ignora completamente. Son asuntos que influencian nuestra vida como personas dentro de una sociedad, sin importar que tanto nos interese o no la política en general. Lo cierto es que esto sucede todo el tiempo y es interesante entrar en conciencia de ello. Hay algo curioso que la comedia aporta a nuestra perspectiva sobre estos asuntos: reírnos de todo ello no implica una derrota, en el sentido de rebajarle toda importancia y pasarlo al plano de aquellas cuestiones que no se deben tomar en serio. La comedia humaniza: aquellos problemas que parecen mucho más grandes que nosotros mismos ya no lo son de repente, están a nuestra altura; ya no les tenemos tanto miedo y, en consecuencia, no nos parece imposible o utópico soñar con el cambio. Esto último me parece muy importante, especialmente en los tiempos turbulentos que vivimos actualmente en el país. Por ello, ver esta película puede ser entretenido, pero tiene el potencial de aportar mucho más que eso.
La muerte de Stalin [The Death of Stalin] (2017) está disponible en Netflix.
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- Escribe: Mario Castro Dávila