Podecrer!

Cuando veo películas latinoamericanas, a veces me da la impresión de que todas se asemejan en algo, y no sé si es en los paisajes, en la vibra que me transmiten, o en que relaciono lo que veo con lo que he vivido, o sea, me identifico plenamente. En esta juvenil película, las relaciones humanas se ven exploradas sutilmente en cada escena amorosa o amical, saboreas la textura de lo mostrado, saboreas una vida que por momentos parece paradisíaca e ideal.

Cuando se es joven, a veces ese amor es una motivación tan potente que puede alegrarte la vida, y así parecen estos jóvenes, entre decepcionados y alegres; por un lado, alegres por las aventuras que les llevan al aprendizaje, y decepcionados cuando no todo sale como desean.

Esta película me ha convencido de que Brasil es un lugar al que me encantaría viajar. Entre actuaciones muy naturales y circunstancias con las que uno se puede identificar, admiro a esta película por la naturalidad para retratar circunstancias cotidianas y para transmitirte lo que los personajes sienten, para meterte en la historia completamente. El soundtrack en esta película es muy fino, excelente.

Escribe: José María Franco Niezen