Barry
Barry es una teleserie de HBO, creada y coproducida por Bill Hader y Alec Berg. Esta nos enfrasca en la vida del criminal Barry Berkman (Bill Hader), sujeto que perteneció a los marines en Afganistán y, al ser dado de baja, decidió edificar una nueva vida como asesino a sueldo. Esta vida de matanza y pericia lo lleva a sentirse profundamente solo y vacío, situación que lo deprime, hasta que, en medio de un torpe intento de asesinato, descubre su nueva pasión: la actuación. Esto hará que tenga que mantener una doble vida, como asesino y actor, intentando sobrevivir y cumplir su sueño al mismo tiempo.
Sin duda, esta es una serie excepcional. Fantástica de inicio a fin, una recomendación legítima para todos aquellos amantes de las series intensas, crudas y que tengan toques de comedia. El punto más fuerte de Barry recae en la profundidad que tienen sus personajes. Son complejos, intensos, a veces irracionales, pero no puedes dejar de empatizar con ellos y entenderlos. Barry es el vivo ejemplo de esta dicotomía, pues, a pesar que es un personaje ruin e imperfecto, es tan humano que no puedes evitar sentir tristeza o alegría por él. La serie logra hacer que entendamos la complejidad de las personas y las distintas caras que todos tenemos, nadie es siempre el mismo y muchas veces tenemos asuntos que preferimos ocultar a los demás o que no mostramos con facilidad, pero que siguen estando dentro de nosotros.
En medio de personajes tan desarrollados, se necesitan actores realmente buenos para encararlos. Las actuaciones de Henry Winkler, Sarah Goldberg, Stephen Root, y el ya mencionado varias veces, Bill Hader, son espectaculares y logran distintos de niveles de drama. Pueden ser carismáticos en algunos momentos y abatidos en otros. Además, logran interpretar de forma muy curiosa varios roles dentro de uno.
Más allá de la interesante reflexión a la que nos invita la serie, el drama y el suspenso están muy bien logrados. Cuenta con una intensidad elevadísima a partir de la segunda temporada, con capítulos que te harán levantarte del asiento y repensar lo ocurrido varias veces. De inicio a fin la trama, un poco cómica y dramática, permite con flexibilidad que la serie ondule entre ambos géneros haciendo que tenga momentos más socarrones para tranquilizar a la audiencia hasta el siguiente punto de tensión.
La dirección de Berg y Hader es interesante y creativa, a veces siendo una propia representación del conflicto interno del personaje. En esta serie no escatiman en darnos escenas con un diálogo expreso a través de las luces y gestos, al igual que momentos llenos de oscuridad y penumbra, dependiendo de las circunstancias del protagonista. Es una forma poco usual en las teleseries, que tienden a una dirección más simple y primar la atención en la historia y los hechos, sin embargo, en Barry el director también tiene una utilidad narrativa muy marcada.
Barry, así, logra superar, por mucho, el género del dramedy y posicionarse como una serie gigante comparable con otras muy bien desarrolladas, como Breaking Bad u Ozark. Series que pueden llegar a tener una alta carga de intensidad, pero que sobre todo cuentan con personajes inolvidables y originales. Lo tiene todo: originalidad, buen guion, suspenso, risas y grandes actuaciones.
- Escribe: Juan Rodrigo Castro Dávila